Es un hombre que sabe lo que quiere y no descansa hasta lograrlo. Descubrió su vocación mucho antes de tener la edad necesaria para saber que existía la profesión de “productor teatral”. De niño, no conocía tal denominación pero demostraba con hechos que había nacido para eso: cuando sus padres lo llevaban al cine, en lugar de mirar la pantalla, giraba la cabeza y observaba cuántas butacas estaban ocupadas y cuántas vacías, quedaba encandilado ante la vista de la cabina del proyectorista, registraba el color de las alfombras, contaba la cantidad de acomodadores que se movían en la penumbra de la sala. “Yo tuve la ventaja de saber desde muy chico qué quería ser de grande”, suele decir. Y eso fue: empresario teatral. Eso es Carlos Rottemberg desde 1975 cuando alquiló una sala teatral, cerrada hacia años, en Paraguay y Suipacha.
Además, es un hombre de palabra. En el ’75, al iniciarse en la profesión, prometió que haría lo imposible para que cada cinco años su empresa sumara una nueva sala. Y cumplió, ahora que celebra los 35 años sigue, paso a paso y detalle a detalle, la construcción del Teatro Bristol en Mar del Plata.
“Siempre dijimos, y pusimos en práctica, que la preservación de los edificios es el puntapié inicial y esencial para el desarrollo del hecho artístico y cultural del teatro - sostiene Rottemberg. Fieles a esa consigna, recuperaremos, después de 23 años de haber sido demolida, la sala marplatense que funcionó bajo el nombre de Teatro Astral y que ahora, replicaremos en la más moderna sala de 500 plateas en un nivel. La llamaremos “Bristol” porque ése nombre es sinónimo de Mar del Plata”.
En el predio que ocupaba el antiguo Astral - demolido en 1987 para facilitar el paso de una galería comercial - actualmente se puede ver un espectáculo en continuado: trabajadores de los distintos gremios vinculados a la construcción trabajando durante las 24 horas, en tres turnos, para que el Teatro Bristol esté terminado en tiempo y forma.
Apasionado por la actividad teatral, para la temporada de verano 2011, Rottemberg también está impulsando importantes reformas en otras dos salas marplatenses: el Neptuno y el Lido. Ambas lucirán con sus respectivas entradas remodeladas, nuevos equipos de aire acondicionado, butacas retapizadas y redecoración completa. En el caso del Lido, que estaba en el segundo nivel de subsuelo, la sala subirá un piso. “Estamos trabajando intensamente con el objetivo de poner en valor el Lido y el Neptuno, dos teatros tradicionales de la plaza marplatense, que ahora están siendo tratados como merecen para poder traerlos al nivel de excelencia que las necesidades de la época reclaman y el público merece”, apunta Rottemberg.
A lo largo de su carrera, Rottemberg ha cosechado muchos premios, entre ellos se puede mencionar, Premio Konex, Argentores, ACE, Casa del Teatro, Asociacion Argentina de Actores, SUTEP entre otros y se siente agradecido por todos esos reconocimientos. Pero su gran motivo de orgullo no son los galardones sino el modo en el que ha logrado desarrollar su empresa. “Es una empresa cien por ciento nacional, que desde sus orígenes nunca dejó de apostar por el crecimiento propio con miras a un aporte sustancial en la vida teatral argentina”, explica Rottemberg.
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